Cada gota se impregna de las riquezas de su tierra
Al igual que ocurre con los terruños en Francia, la tierra escocesa es en sí misma muy variada. Al sur del país, las tierras bajas producen unos whiskys de pura malta de gran prestigio por su dulzura y suavidad. Unos whiskys que se caracterizan por una gran diversidad.
Al noroeste los espirituosos son redondos y secos, con matices turbados.
Al norte de las tierras altas, el carácter especiado y el gusto a brezo se perciben en la nariz y el paladar, mientras que el whisky procedente del noreste es de gusto más afrutado.
La región de Speyside, al noreste de Escocia, es la región productora de whisky escocés más importante. Sus whiskys puros de malta son apreciados por su elegancia y complejidad aromática, que con frecuencia complementan con notas ahumadas.
La costa occidental, que se caracteriza por mostrar cualquier clima inimaginable en un solo día, cuenta con dos regiones productoras de whisky. Campbeltown destila whiskys puros de malta ligeramente turbados o ahumados. Mientras que los procedentes de la isla de Islay incorporan el sabor de la turba abatida por los vientos cargados de salpicaduras del oleaje.