Hay dos tipos de whisky escocés: el whisky solo (en inglés, single) o mezclado (en inglés blended).
El whisky mezclado proviene del ensamblaje de como mínimo un whisky de malta y varios whiskys de grano.
Un whisky de malta se elabora exclusivamente a partir de cebada malteada. En cuanto al whisky de grano, se obtiene destilando cereales no malteados. Desarrollado a partir del siglo XIX, el proceso de ensamblaje ha sido ampliamente puesto en práctica por los escoceses.
La técnica del ensamblaje se convirtió más tarde en todo un arte, el del maestro ensamblador. Dotado de un sentido del olfato muy desarrollado, su trabajo consiste en comprobar que los whiskys mezclados son siempre de primera calidad.
La constancia de los aromas debe estar garantizada para que los amantes de Sir Edward sigan sintiendo la misma pasión por este whisky, año tras año.
Un whisky escocés mezclado es el resultado de un sutil equilibrio. Aromas a vainilla y caramelo, matices ahumados y amaderados, son algunas de las notas que se solapan.
Esta mezcla de aromas persigue un único objetivo: la búsqueda de la armonía.