Al anochecer, en el corazón de Escocia, las chimeneas a veces exhalan un típico olor de turba quemada. La combustión de esta materia vegetal libera calor y humo.
Olores de brezo, hierba y musgo, la turba también enriquece la gama aromática del whisky. Sir Edward’s SMOKY les invita a descubrir este sabor típicamente escocés, que recuerda el misterio de las turberas brumosas.