Ver una foca siempre es un momento mágico. Y en las costas escocesas, hay muchas posibilidades de conseguirlo. Pero hay que estar muy atento. De lejos, es fácil confundir una colonia de focas con un cúmulo de rocas.
Es lo que casi me pasó en la bahía de Lamlash, en la isla de Arran. Estaba caminando por la costa con la marea baja y me fijé en que había muchas rocas. Lo extraño era que parecía que algunas se movían.
Me acerqué, intrigado, y vi que en realidad era un grupo de focas. Esta se mantiene en equilibrio en una postura curvada. Me pregunto cómo ha conseguido escalar esta roca.