Durness es un pueblo situado en el extremo noroccidental de Escocia. John O’Groats está considerado el punto más septentrional de Escocia, pero Durness no se encuentra lejos.
El último tramo de 15 kilómetros hasta llegar a Durness intensifica esa impresión de soledad absoluta. Por la carretera, solo hay sitio para un coche. A intervalos regulares, se han acondicionado espacios a los lados de la carretera para permitir el paso de los escasos coches que circulan.
En realidad, nos encontramos con más ovejas que conductores. Además, las únicas señales que se pueden ver invitan a conducir despacio, para no perturbar a los rebaños que se mueven con libertad.
Al final de esta carretera entre dos montañas, aparece la joya de Durness: es la Playa de la Bahía de Sango. Con su arena fina y los reflejos turquesas de sus aguas, la bahía parece una playa tropical en verano. En invierno, la nieve sobre la arena me recuerda que, en realidad, me encuentro en el norte de Escocia.