Para que un whisky sea escocés, tiene que destilarse en Escocia y envejecer, como mínimo tres años, en barricas de roble en territorio escocés. La denominación de whisky escocés se reserva en exclusiva a las bebidas espirituosas que cumplen estrictamente con estas condiciones.
La mayoría de los whiskys escoceses son Blend, es decir, ensamblajes de whisky puro de grano y whisky puro de malta. La pasión de los escoceses es dominar a la perfección estas mezclas para crear un estilo propio, un determinado gusto que los amantes de Sir Edward puedan siempre reconocer.
Se sabe a ciencia cierta que tratar de reproducir con exactitud una bebida espirituosa no es tarea fácil. Es una labor que exige de un master blender, la máxima maestría para que los complejos aromas de Escocia se concentren, año tras año, en cada una de las botellas.
Así es como el whisky SIR EDWARD’S , añejado en barricas de roble, le ofrece ese característico gusto suave a notas amaderadas y malteadas en cada degustación.